Sábado 11 de marzo, 18H <M> Aluche. Bloque antiautoriario en la manifestación antifascista.
Ni fascismo, ni democracia
Los ecos de la fuerza electoral de la extrema derecha europea alcanzan el Estado español. Un nuevo cambio de careta de los grupúsculos neonazis generando un discurso más amable para lograr un mayor calado social. Ya no hablan de racismo, sino de identidad, ya no hablan de nazismo, sino que se definen como patriotas sociales y ahora disimulan más sus palizas y se presentan como benefactores que reparten comida (si demuestras que eres español). Y detrás de todo esto, las mismas prácticas e ideas del fascismo: el nacionalismo, la búsqueda del sometimiento de las personas, autoritarismo, xenofobia, racismo, machismo, homofobia… La única diferencia es que han recuperado una práctica del fascismo decimonónico: el asistencialismo a través de repartos de comida xenófobos con todo lo que esto conlleva (ahondar en la brecha entre quién tiene y quién no tiene y erigirse como salvadores de los pobres relegando a estos a un papel que los incapacita y los mantiene en su rol inferior frente al que poseé y decide dar).
Carabanchel en concreto ha sufrido en los últimos tiempos un repunte de agresiones fascistas y racistas contra personas y centros sociales del barrio. Paralelamente a esto, miembros del Hogar Social Madrid (HSM), fuertemente escoltados por los cuerpos policiales en muchas ocasiones, realizan sus xenófobas recogidas de alimentos en perfecto conchabamiento con algunos supermercados del barrio, como el Mercadona de la calle de la Oca.
Frente a esto, no podemos relegarnos al papel que el izquierdismo pone siempre a las personas que hayamos sufrido encontronazos con los fascistas. No somos víctimas que tengamos que denunciar una agresión: somos personas que luchamos contra el fascismo y el sistema que lo necesita y como tal, nos exponemos a una serie de riesgos. De igual manera negamos la Intermediación del Estado y sus secuaces (policía, jueces, políticos…) pues los reconocemos como parte del mismo problema. ¿Qué es el fascismo sino una expresión sin menos tapujos del racismo de las fronteras, las redadas y los CIES, gestionados por la democracia? ¿Qué diferencia práctica hay entre quién nos explota en el trabajo y los planes de sometimiento del fascismo? Fascismo y democracia son distintas maneras de configurar una forma de Estado, su utilización por parte de los opresores solo está determinada por los intereses del Poder. Todo fórmula de Estado, todo fórmula de organización social basada en la autoridad, reproducirá el nacionalismo, la xenofobia, las fronteras, las cárceles, la explotación… La única diferencia entre fascismo y democracia es cómo despliegan y aplican estas fórmulas inherentes al Estado y al Capitalismo, con cualquier careta que se pongan.
Organicemos la autodefensa contra el racismo y el fascismo, pongamos en práctica la acción directa, aquella que implica la lucha de los propios implicados sin esperar nada de terceros (políticos, policías, periodistas), establezcamos redes de solidaridad y apoyo mutuo entre explotados barriendo fronteras y sin importar colores de la piel o lugar de procedencia. Y no olvidemos, que el fascismo, el capitalismo, la democracia y el Estado se retroalimentan según las circunstancias y obedecen a los mismos principios del autoritarismo. Imposible destruir a uno sin eliminarlos a todos.
Contra el fascismo y el racismo: solidaridad y acción directa